viernes, 27 de diciembre de 2013

Él nunca supo como ocurrió, simplemente pasó.Un día sintió que una mirada y una sonrisa se iluminaban entre todas las demás. Aquellos ojos y aquella sonrisa lo rodearon como si de un abrazo se tratara. Él se sintió bien, feliz. Pero entonces despertó, y dolía, dolía sentirse solo, no había nadie a su lado y eso le hundía. ¿A dónde fue el chico feliz que era?
-Hace poco la estaba besando en sus sonrojadas mejillas, bailando aquella canción lenta bajo la lluvia, haciendo cada una de nuestras tonterías... Cuando me decía las cosas que le gustaban de mi, esas eran las cosas que merecían la pena. Recuerdo cuando me dijo por primera vez en un susurro ''te quiero'', pero también recuerdo cuando me dijo su última palabra: ''adiós''. Me gustaría mandarlo todo a la mierda.
En ese momento hasta respirar le dolía. Nunca se había puesto a pensar en todo el daño que se causaba con solo pensarla, en que cuando estás enamorado te da igual todo lo demás; no te das cuenta de que tu casa está hecha una mierda, que llevas sin salir, tu nevera solo tiene latas de cerveza y una lata de atún, no le coges el teléfono a nadie... Él quería salir corriendo a buscarla, pero tenía miedo, miedo de encontrarla con alguien más.
Pero entonces te das cuenta de que ha pasado tiempo desde que empezaste a caminar solo, encuentras el por qué te encuentras solo, y buscas una solución. El hecho de que una estrella deje de brillar no significa que las demás dejen de hacerlo.
Cogió sus cosas y salió a buscarla. Salió de aquellas cuatro paredes que se derrumbaban cada día, salió de aquel infierno del cual era preso de sus recuerdos. Olía a lluvia; no se escuchaban voces, tan solo el susurro del viento. Y la encontró, estaba sentada en un banco parecía estar esperando a alguien.
-''¿Qué haces aquí?'' -dijo ella.
Sus palabras se clavaron en su cuerpo, él recordaba su voz con dulzura, ahora no, esta vez sus palabras eran frías como aqueñ ''adiós''. Pero ya era tarde para dar marcha atrás, tragó saliva y su corazón se empezó a acelerar...
-''¿Lo notas no? Hasta tú notas que me duele el respirar. Tengo miedo ¿sabes? Tal vez lo tenga porque tu eres todo lo que necesito, eres todo lo que quiero y hasta aquel día no me dí cuenta. Ya ni siquiera sé como sobrevivir si tú no estás a mi lado. Nunca sabré el por qué pero no he dejado ni un solo segundo de extrañarte. Solo estoy seguro de una cosa: Haría lo que fuera por volver a estar a tu lado, incluso si eso significa ir en contra de mis instintos. Daría todo lo que tengo, hasta mi alma, por ti. Si eso no es amor... Es lo mejor que puedo darte. Me hiciste una promesa ¿la recuerdas? Prometiste que nunca me dejarías.''
-''¿Todavía me quieres? Es ridículo...'' -respondió ella.
-''Te estoy mirando ahora, y tú todavía me preguntas si todavía te quiero, como si pudiera dejar de amarte. Como si fuera a renunciar a lo que más me hace fuerte. Jamás me había atrevido a ofrecer mucho más de mi mismo a nadie... Había entregado pedacitos de mi, pero hicieron falta meses para hacerlo... Sin embargo desde la primera vez que te vi, supe que te pertenecería eternamente. No vengo para que vuelvas a mi lado, he venido para que te des cuenta del daño que me hiciste, y es el daño que te toca sufrir ahora.''
Entonces se marchó. Sin derramar lágrima alguna, se dio cuenta de que debía continuar su vida porque a veces las historias de amor verdadero son las más cortas, y ella siempre seguirá viva en sus recuerdos.



¿Te imaginas?

Que bonito sería poder traer de vuelta a alguien del cielo ¿te imaginas? Poder pasar un último día con esa persona, solo un día, darle tu último abrazo, un último beso, volver a escuchar en el viento su voz. Tener de nuevo la oportunidad de decir: ''te quiero, te extraño.''

miércoles, 31 de julio de 2013

Ese momento.

Ese momento cuando besas a alguien y desaparece todo lo que tienes alrededor, y lo único que existe eres tú y esa persona. 
Y te das cuenta de que esa persona es el único hombre al que debes besar el resto de tú vida, sientes por un momento algo realmente asombroso y quieres reír y también llorar. Te inunda la felicidad de haberlo encontrado pero al mismo tiempo te invade el temor de poder perderlo.

viernes, 26 de julio de 2013

La diferencia de la vida sin ti...
Es un vacío profundo, es la oscuridad de un eterno mundo. Es el morir con tu imagen en mi mente, es sentir el dolor que me abraza locamente; es un cielo sin estrellas, es una canción sin letra, una caricia sin roce; es un beso sin pasión. Es caminar sin destino dando pasos inciertos porque mi andar más feliz fueron tus brazos abierto. Un atardecer sin sol, un planeta desierto, un corazón escaso de sentimientos. Es loo opuesto a ''todo'' y lo contrario de ''lo mismo'' la diferencia de la vida sin ti es la caída del abismo.

Y te das cuenta...

Y entonces te das cuenta de que todo ha cambiado, nada volverá a ser lo de antes. Miles de sensaciones recorren tu cuerpo, un nudo en la garganta te ahoga. Mariposas jamás sentidas brotan en tu interior, y te das cuenta de que te estás enamorando. ''Amor'' que palabra tan sencilla pero a la vez tan complicada, amar y ser amado, amor correspondido, amor no correspondido. ¿Cómo una palabra tan sencilla de escribir es capaz de dar un giro de 360 grados a tu vida? Hay cosas que no tienen explicación, el amor es una de ellas. 
Cuando estás enamorado todo es perfecto, no ves más allá de esa persona, pero... ¿y si esa persona no es la qué te acompañará el resto de tu camino? 
A veces nos cegamos tanto con una persona que no nos damos cuenta de lo que nos podemos estar perdiendo. O incluso por mucho daño que te haga esa persona, si tú estás realmente enamorado, serás capaz de perdonarle lo que sea. Pero no es así. No estamos hechos para sufrir, siempre está bien llorar y desahogarse, pero en realidad no debemos de ser esclavos de nada ni de nadie. No debemos cegarnos, si te ciegas asegúrate de que esa persona también esté cegado en ti. Nada en esto mundo es perfecto, ni perfecto ni eterno.
De platónico no tienes nada… Miento, de platónico tienes todo, de imposible tienes más.
Podrás olvidarte de mi. Pero nunca te olvidarás de ‘nosotros’.

Yo no quiero un amor que no sea el tuyo.

El amor no necesita ser perfecto, solo necesita ser verdadero.
Hablábamos todos los días, aún así me quedé con ganas de decirte algo más.
Perdón, que dijiste? Estaba admirando la eternidad en tus labios.
Te extraño demasiado, si no te hablo no es porque no lo haga, porque la verdad es, muero por hablar contigo.

sábado, 13 de julio de 2013

Aerosmith - I don't wanna miss a thing.

I could stay awake just to hear you breathing
Watch you smile while you are sleeping
While you're far away and dreaming
I could spend my life in this sweet surrender
I could stay lost in this moment forever
Where every moment spent with you
Is a moment I treasure

Don't wanna close my eyes 
I don't wanna fall asleep 
Because I'd miss you, baby
And I don't wanna miss a thing
Because even when I dream of you
The sweetest dream would never do
I'd still miss you, baby
And I don't wanna miss a thing

Lying close to you 
Feeling your heart beating
And I'm wondering what you're dreaming 
Wondering if it's me you're seeing 
Then I kiss your eyes and 
Thank God we're together
And I just wanna stay with you
In this moment forever, forever and ever

I don't wanna close my eyes 
I don't wanna fall asleep 
Because I'd miss you, baby 
And I don't wanna miss a thing 
Because even when I dream of you 
The sweetest dream would never do 
I'd still miss you, baby 
And I don't wanna miss a thing 
I don't wanna miss one smile 
I don't wanna miss one kiss

Well, I just wanna be with you 
Right here with you, just like this 
I just wanna hold you close 
I feel your heart so close to mine 
And just stay here in this moment 
For all the rest of time

Don't wanna close my eyes 
Don't wanna fall asleep 
Because I'd miss you, baby 
And I don't wanna miss a thing 
Because even when I dream of you 
The sweetest dream would never do 
I'd still miss you, baby 
And I don't wanna miss a thing

I don't wanna close my eyes
I don't wanna fall asleep
Because I'd miss you, baby
And I don't wanna miss a thing
Because even when I dream of you
The sweetest dream would never do 
I'd still miss you, baby
And I don't wanna miss a thing
Don't wanna close my eyes
I don't wanna fall asleep
I don't wanna miss a thing
El pasado me jugó malas pasadas, siempre introduciendo miedos en cada pulsación. 
Toda persona que se acercó, desapareció . 
Otras ni les dio tiempo a decir hola.
Sufrí traiciones, me hicieron heridas por pasiones. Aprendí a respirar cuando era necesario, y a llorar cuando nadie me veía.
Me ocultaba, me daba por invisible, si nadie me ve, nadie me hace daño. Pero de repente alguien me observaba y me sonreía.
Pero vuelta a empezar.
Me mantenía con miedo, justo cuando el rasguño cicatrizaba, otra herida aparecía. Y el tiempo poco ayudaba…
¿Olvido? No tengo fuerzas. ¿Odio? No me serviría. ¿Huir? La única opción recurrente.
Fue mi primer amor de verdad y último por ahora, quizás sea el amor para toda mi vida. Nunca fuimos una pareja normal, nuestro amor nunca fue fácil. Nunca fue algo perfecto, pero al menos fue. Pasó el tiempo y me di cuenta de que había precios que pagar, precios que no estaría dispuesta a pagar jamás. El hecho de estar alejada de él, amarle y no poder tenerle a cada momento a  mi lado; no lo podía soportar. Supongo que debía haberme asustado al hacer planes y crear sueños que quizás solo se quedarían en eso. El miedo siempre estuvo presente en nuestra relación, el miedo de ser reemplazada, el miedo de perderle por la distancia... Pero nada está escrito en nuestro destino, puede que un día despierte él se haya ido de mi vida y yo me quede sola. Y es que no es la distancia quien nos separa, somos nosotros mismos. Aun que una cosa tengo clara, nuestra historia a de ser contada de manera diferente al resto de historias, porque lo nuestro sí fue especial.

lunes, 1 de julio de 2013

Déjame solo una vez más.

Si vas a marcharte déjame estar en tus brazos por última vez, déjame llevar tu perfume en cada poro de mi piel. Déjame cubrir mi rostro con tus caricias, déjame ahogar mi saliva con la miel de tus labios, déjame apagar las llamas que crean nuestras miradas.
Si te marchas es muy posible que no te vuelva a tener, que no recorra tu cara con mi mano ni sienta tu piel, déjame hundir mi mirada con la tuya. Déjame ser la sábana que calme tu frío. Si te marchas no volveré a unir tus labios con los míos ya no seremos la pareja que con solo mirarse llega al paraíso. Se quebrarán los sueños que tuvimos, ya no estaremos unidos los dos.

jueves, 30 de mayo de 2013

''Daría la vida por ti'' Fueron las últimas palabras que escuché antes de cerrar los ojos. 
Todo comenzaba en un frío invierno, donde la nieve cubría las calles. Yo era un chica normal, iba a primero de bachillerato, mis notas iban bien, tenía mi grupo de amigas, tenía una familia perfecta... Todo muy corriente para un chica de mi edad. Pero al cumplir los 18 mi vida comenzó a sufrir varios cambios; mi salud empezaba a preocuparnos, conocí a gente nueva pero a la vez perdí a gente muy querida. Un verano me tuve que mudar a otra ciudad, me fui a la playa; lo que no sabía es que allí conocería al que un día sería mi futuro. Cuando estaba allí me costaba mucho hacer nuevas amistades, digamos que no encajaba del todo... Pero finalmente conocí a varias personas de las cuales uno me llamo especialmente la atención, aún no habíamos hablado y yo no me atrevía a dar el primer paso. Fuimos a la playa, allí los chicos jugaban al fútbol y nosotras mientras nos contábamos nuestras vidas. Yo no dejaba de mirar a ese chico, y la verdad él tampoco dejaba de hacerlo; entonces una de mis amigas me dijo:
-Se llama Álex, ¿por qué no vas a hablar con él?
-¿Quién yo? Me da mucha vergüenza...
-No seas tímida, te gusta ¿verdad? Él no deja de mirarte, así que corre ves.
Todas me empujaron hacia él, y todos se reían al ver que los dos nos sonrojábamos.
-Hola, ¿quieres dar un paseo? - me dijo él.
Yo asentí con la cabeza, estaba muy nerviosa y no dije palabra alguna en el paseo. Él me miraba y sonreía. Empecé a sentir un gran cosquilleo, quizás me estaba enamorando...
-¿Por qué no hablas? ¿Te da vergüenza? No tienes porque estar nerviosa - dijo él con una carcajada.
-Bueno... Verás es que...
-Espera quieta un momento. No te muevas. - nos miramos fijamente - Estas preciosa con la luz del atardecer...
Los dos empezamos a sonrojarnos y una tímida sonrisa se dibujo en nuestras caras. Entonces con esos ojos que hipnotizaban me miró fijamente, me acarició con sus manos suaves mi rostro y... Me besó. No podía creer lo que estaba pasando, era como un sueño que toda princesa sueña. Agarrados de la mano volvimos sin decir palabra, solo nos mirábamos y sonreíamos. Me acompañó a mi casa, era de noche y no me quería dejar sola. Entonces antes de irse me susurró: 
-Te he estado esperando mucho tiempo, esperaba el momento de conocer a la chica perfecta. Espero que me dejes vivir la vida a tu lado.
Me besó la mejilla y se empezó a alejar. No podía quedarme ahí quieta, tenía que decirle algo. 
-¡Espera! Te quiero. 
Y corriendo vino hacia mi, agarrándome con sus brazos, fundidos en un beso.
Pasaban los meses, los años y yo ya no me hacía una idea de cómo sería la vida sin él. 
Mi salud volvió a empeorar y decidieron hacerme varias pruebas. Yo aún no le dije nada, no quería preocuparle, pensaba que no sería nada. Pero me equivoqué. Al cabo de dos meses, los médicos dijeron que tenía leucemia y lo habían detectado tarde. A pesar de que tenía que seguir con una vida normal, era imposible. Álex no sabía nada, mis padres buscaban la manera de buscar un remedio...
Pero un día no pude levantarme de la cama, me llevaron de urgencias al hospital. Lo único que escuchaba era el sonido de una máquina, no veía más allá de mi camilla y unas flores que me dejaron mis familiares. ¿Qué estaba pasando? 
Volví a abrir los ojos y, allí le vi como esperaba a que despertara. 
-¿Has estado aquí toda la noche? Debería irte a casa y descansar - le dije. 
-¿Por qué no me lo dijiste? Ni te imaginas mi reacción al saber lo que te pasaba... No entiendes que te quiero, eres mi novia y... Daría mi vida por ti.
Mi sonrisa iluminó mi cara y cerré los ojos. Mi corazón dejaba de latir poco a poco, escuchaba como su voz me pedía que no le dejara...
Han pasado diez años desde ese día, un día en el que volví a nacer. Gracias a los médicos pude salir de aquella oscuridad en la que durante un momento me vi sumergida.
Ahora aquí estoy, sentada en un porche mirando el atardecer junto al chico que me enseñó a vivir más allá de una enfermedad, con nuestro pequeño hijo. Y la verdad es que quizás no viva sesenta años pero merece la pena vivir porque al fin y al cabo la vida me dio una oportunidad para seguir viviendo más tiempo junto a él. 

Te encontraré.

Maldito el día que te fuiste. Te llevaste las estrellas y la esperanza que llenaba mi vida. El día que te fuiste mi corazón se convirtió en una corriente de lágrimas, mi vida se convirtió en un sin fin. Ya no me atrevía a mirarte, no desde que un día tu persona decidió alejarse de mi lado. Rechazar nuestro amor, esa era tu voluntad. Nos quedaron por decirnos muchas cosas, pero ya no había palabras para lo que un día llamamos ''amor''. Pero dejé que partieras sin tener un rumbo conmigo, era lo que te haría feliz, era lo que querías. Me amabas y me dejaste, te amaba y te dejé marchar. Sea donde quiera que estés, encontraré un rumbo que me lleve de nuevo a ti. 

sábado, 25 de mayo de 2013

Y mientras se alejaba mis lágrimas cubrían mi rostro. Un corazón roto, un alma hundida en la soledad. Pensaba que no llegaría este día, pero me equivoque. 
Todo parecía tan bonito, era solo un principio que tarde o temprano llegaría a su fin. Sin duda fueron los mejores años a su lado, pero se cansó de nuestro amor. Su corazón dejó de latir, su mirada se volvió cada vez más fría, cada día que pasaba estaba más distante de mi. Poco a poco se alejaba de mi lado. 
Y llegó el día, que jamás pensaría que llegaría. Sentados bajo un árbol, observando el atardecer; ya no había miradas intensas ni palabras de amor. Todo era diferente, ya nada era igual y es que había conocido  a otra persona que le hacía más feliz. Supongo que no teníamos un futuro juntos, no era su otra mitad... Todo se volvió confuso. 
Y es como ahora, después de tantos años mi alma sigue caminando sola, sumergida en la soledad.

miércoles, 8 de mayo de 2013

Sonría princesa.

No sé donde se quedaron esas risas, no sé donde se quedaron las ganas de seguir luchando. El simple hecho de saber que no le gustas al resto, no puede hacer que te borres esa preciosa sonrisa. Para ellos serán simples palabras, pero para ti ese ''gorda'', ''fea''... No deben crear tus heridas, esas marcas en las muñecas. Así que sonría y olvídate del resto.

Y es que somos dos locos enamorados.

Lo que para una gente son solo tonterías, para nosotros son bonitos recuerdos.
Y llega el momento de la despedida. Das la vuelta pero miras hacia atrás ¿cuándo le volverás a ver? Entonces llega el momento, te encierras en tu cuarto con la música a todo volumen. Lo único que haces es mirar el móvil cada minuto que pasa esperando un mensaje suyo como un ''te quiero''. Pero pasan los segundos, no hay mensajes nuevos. Y como una idiota, te pones vuestra canción, lloras como una niña a la que le han quitado su muñeco. Lloras porque no imaginas otros labios como los suyos, porque esperas que la historia no acabe nunca. Llega el mensaje, ilusionada, lloras de felicidad. El mensaje dice: ''no sabes lo mucho que te echo de menos...'' Y te das cuenta de que es el amor de tu vida, y que pase lo que pase siempre será un bonito recuerdo imposible de borrar.

martes, 30 de abril de 2013

Esa historia...

Era una mañana de verano, el calor abarcaba las calles... Toda la gente que conseguía escapar corría a esconderse. Yo me encontraba escondida bajo la cama, junto con mi hermano. Asustados escuchábamos los gritos desesperados de la gente, los llantos de los niños, escuchábamos los disparos de aquella gente. Mi madre nos prohibió salir de la casa y me mandó cuidar de mi hermano, decía que regresarían pronto. Pero yo ya tenía 17 años, sabía que sería la última vez que les vería. Al cabo de varias largas horas escondidos, me armé de valor y salí del escondite. Le dije a mi hermano que corriera a esconderse en el desván. Ninguno sabíamos muy bien que había ocurrido. Cuando me asomé a la calle, mi rostro se quedó pálido... En la calle se podían ver los cuerpos de la gente, esa gente que gritaba y lloraba desesperada. Aún se escuchaban voces de gente que lloraba en el suelo, de niños que buscaban a sus padres. Miré a mi alrededor y pude ver como unos camiones se alejaban.  Me preguntaba si esa gente fueron los qué hicieron esto. Las lágrimas llenaban mis ojos, me di la vuelta y corrí a ver a mi hermano.
- Joel necesito que te escondas dentro del armario, volveré en diez minutos. Voy a ir a buscar a papá y a mamá. Si ves que no vuelvo quiero que salgas corriendo de aquí y busques a gente y te refugies con ellos. 
Le besé la frente y marché a buscar a mis padres. 
Yo corría por la calle, veía toda aquella gente tirada en el suelo, pero no encontraba a  mis padres, por un lado me aliviaba al saber que no habían sido asesinados, pero por otro lado me angustiaba, no sabía dónde estaban. Mire el reloj, tenía que volver a casa pero de camino a casa me encontré a dos hermanos que también buscaban a sus padres. Eizan iba a la clase al lado, la verdad no sabía que tenía un hermano y nunca había hablado con él. Yo me acerqué a ellos...
-¿Vosotros también buscáis a vuestros padres? Los míos también han desaparecido.
-¿Sabes a que ha venido toda esta locura? - me preguntó él.
-No lo sé la verdad... Pero quedaros con nosotros, mi hermano me está esperando. ¡Vamos!
Juntos regresamos a casa. Los pequeños estaban muy asustados, pero necesitaban distraerse con lo que decimos marcharnos de aquel horrible lugar. Nunca había hablado con Eizan, la situación era incómoda pero aún así él me preguntó:
-Bueno, ¿cómo te llamas? Porque a pesar de verte cada día nunca te he preguntado tu nombre.
-Me llamo Amie. Yo ya te conocía, en fin eres el chico más popular entre las chicas. - le sonreí.
Yo estaba muy nerviosa. era el chico más guapo del instituto y todas las chicas desearían estar con él.
-Encantado de conocerte Amie, me gusta tu nombre. Podíamos habernos conocido antes, es una pena que nos hayamos conocido en esta situación...
Asentí con la cabeza, le miré y nos levantamos. Empezamos a coger lo necesario para poder irnos de allí. Salimos de mi casa, Eizan llevaba una pistola de su padre ya que era policía. Íbamos con mucho cuidado para protegernos de aquella gente que nos hizo aquello. Andamos muchas horas, y al final encontramos una casa abandonada muy lejos de nuestra ciudad. Decidimos quedarnos allí, la casa estaba a la orilla de un embarcadero. Los niños jugaron en el agua, no se les veía muy afectados, pero eran niños ellos no entendían que pasaba o no querían entenderlo. Mientras Eizan y yo hacíamos más acogedora la casa; la limpiamos, hicimos un par de camas, Eizan arregló con unas herramientas que encontró en el cobertizo la escalera... Cuando terminamos, nos fuimos a dar un paseo por el bosque y nos sentamos a ver la puesta de sol. Estubimos hablando, mi pensamiento sobre Eizan estaba muy equivocado; era un chico inteligente, gracioso, no solo era belleza y ojos bonitos. Era muy cariñoso conmigo, supongo que ería por lo que había pasado, quería tranquilizarme pero por cada segundo que pasaba estaba aún más cariñoso y más cercano conmigo.
- No me había fijado en los ojos tan bonitos que tienes Amie. ¿Sabes qué? Me alegra haber salido de aquel lugar contigo, pero de lo único que me arrepiento es de no haberte conocido antes me habría gustado tener contigo una historia antes de que comenzará toda esta locura... 
Mi corazón latía muy deprisa, yo no sabía que decir tan sólo me sonrojaba y le sonreía. Hasta que en un momento se giró, me apartó el pelo y me besó. 
-¿Qué haces Eizan? Esto no sé si está bien.
-Lo siento, pero es que no sé si serán nuestros últimos días y quiero estar contigo. Me gustas ¿sabes? No desde hace mucho, pero cuando te vi por aquella calle llena de escombros sentí algo que jamás había sentido. 
Mi corazón latía muy deprisa, jamás ningún chico como él me había besado. Pero no podía negar mis sentimientos, con lo que comenzamos una bonita historia con no muy buenos comienzos. 
Pasamos varios días en aquella casa, estábamos muy bien en ese lugar. Pero un día Eizan y su hermano salieron a buscar leña mientras que mi hermano y yo preparábamos la cena. Entonces vi como las furgonetas que vi el día del desastre se dirigían hacia nuestro nuevo hogar, intenté escondernos pero era demasiado tarde. Mi hermano consiguió meterse en el mueble, pero yo no tuve tanta suerte. Me atraparon, me pegaron para que dejara de gritar y de resistirme, entonces mi hermano salió del escondite y fue cuando supe que todo había terminado. Les suplicaba que no le hicieran daño, así lo hicieron. Nos metieron en los furgones y nos cubrieron las cabezas con unos sacos, también nos ataron las manos y los pies. 
Cuando abrí los ojos, me encontraba en una habitación con vistas al mar, parecía muy acogedora. Pero yo todavía no sabía donde estaba, lo único que quería era salir a buscar a mi hermano. ¿Qué era aquel lugar? ¿Qué nos iban a hacer? ¿Por qué? Entonces entró una mujer, al entrar sentí un escalofrío, su mirada era fría y guardaba rabia.
-Bienvenida, no te preocupes tu hermano está con los demás niños. Pronto podrás verle pero hasta el momento tendrás que estar tranquila aquí en tu cuarto. Las normas son simples, esto es como un campamento podrás hacer una vida normal pero sin salir del recinto, está prohibido. Una última cosa, habla con tu amigo Eizan y explícale que si no hace lo que se le dice morirá.
La mujer se marchó, y entró una enfermera que me sacó sangre. Yo no entendía nada, pero si quería ver a mi hermano solo tenía que hacer lo que me dijo aquella mujer. Salí de la habitación, era la hora de cenar y todos teníamos que acudir al comedor. Al entrar allí vi a mis padres sentados en una mesa, yo sin llamar la atención me dirigí hacia ellos, estaba llena de emoción. Entonces al estar con ellos, no podíamos ser muy escandalosos nos podrían hacer algo, entonces actúe como si no les conociera y disimuladamente les empecé a contar todo lo que había pasado desde aquel horrible día. Mi madre se tranquilizó al saber que no estuvimos solos y que no nos había pasado nada. Pero llegó la hora de volver a las habitaciones, aquello no estaba tan mal, pero aún así yo no quería salir de mi habitación. Entonces de la nada apareció Eizan, estaba muy nervioso y sus ojos estaban llenos de lágrimas. Le expliqué que no pasaría nada, solo tenía que cumplir las normas y todo saldría bien. Entonces él no podía decir nada, y yo angustiada le besé. ''Necesito que seas tú, si estamos juntos todo saldrá bien'' fue lo último que le dije antes de besarle.
Él salió de mi habitación y hasta la mañana siguiente no lo vi. Pasaron ya seis meses y la vida no nos iba tan mal. Conseguí reencontrarme con mi hermano, Eizan y yo podíamos estar juntos sin problema alguno y la relación con mis padres la pudimos hacer pública. Pero una sorpresa nos esperaba a la vuelta de la esquina. 
La mujer tan extraña, la jefa de aquel lugar, volvió a visitarme en mi habitación. Lo que venía a decirme no era nada bueno, me nombró guerrera, tenía que luchar con 10 personas más para poder seguir viviendo y ser libre. No tuve más remedio que aceptar, sería la mayor locura que cometiera jamás. Me llevaron a una sala, una de las salas prohibidas, allí me arreglaron y me vistieron con ropa nueva. Por la noche saldría al estadio. Llegó la hora y al salir... Estaba todo lleno de gente gritando a mi alrededor vi a mis contrincantes, tenía que ganar. Comenzó la lucha, yo me hice con una espada y un cuchillo y solo acababa con aquellos que venían a matarme. Y llegó el momento en el que solo quedábamos dos, un chico que no conocía y yo. Era la hora de la verdad...
 Entonces él vino corriendo hacia mi, yo salté sobre él y mi espada atravesó su cuello. Y antes de que su cuerpo cayere en la arena me dijo ''Felicidades, eres libre''. Entonces su cuerpo se derrumbó, mi espada estaba llena de sangre. La gente me alagaba y aplaudía. Y entre el público encontré a Eizan, su cara era pálida y las lágrimas recorrían su cara. Y fue ahí cuando al ver que la Jefa se acercaba la grité: ''¡No tienes derecho a hacernos esto! ¡Se acabó!'' 
Esa noche acabé con aquel lugar, con todo lo que tenía que ver con aquella mujer. Ya no solo sería libre yo, lo seríamos todos. Pero no lo hice sola, gracias a la fuerza de todos nosotros lo hicimos. Excepto de Eizan, él me miraba como un monstruo. 
-Me dijiste que no pasaría nada, y de un día para otro mira lo que has hecho. - me dijo.
-Eizan espera, ¿no lo entiendes? Era lo único que podía hacer para poder seguir a vuestro lado. Nadie me dio a elegir. Y tú ibas a ser el siguiente en combatir, pero acabé con todo porque no soportaría verte sufrir a ti. Te pido que lo olvides o al menos que no me veas como una asesina... Te necesito a mi lado.
Vi como cerraba con fuerza su puño y más tarde lo abría diciendo:
-No puedo culparte por lo que hiciste, perdóname he sido un idiota. Te quiero y estamos juntos como dijiste, es lo que importa ¿verdad?
Corrí a abrazarle. Le dije que viviéramos juntos en la casa del lago, iríamos todas las semanas a ver a nuestras familias. Era el momento de comenzar una historia con un buen comienzo, era el momento de estar juntos para siempre.

lunes, 22 de abril de 2013

Los amores nunca mueren.

Le amaba y nunca se lo hice saber.
Nunca le di un abrazo y jamás la dije que lo quería. Viví muy cerca de su vida, conocí a sus amigos, a su familia, a su novia...
Siempre le aconsejé y estuve a su lado en los momentos más difíciles. Pero jamás pude explicarle mis sentimientos. Nunca le dije que lo amaba, simplemente me conformaba con ser solo su amiga, pero eso era al principio. Al final me di cuenta de que en el fondo lo que yo más deseaba era algo más que una simple amistad. 
En un momento complicado de mi vida tuve que mudarme a Canadá y lo tuve que dejar solo. Yo le prometí que mantendríamos el contacto, pero por cada día que pasaba lo extrañaba aun más. En Canadá no me iba muy bien; no encontraba trabajo, no tenía amigos... Mi vida era un auténtico desastre. Pero un día recibí una llamada suya, le dije lo mucho que lo extrañaba y que pronto volvería. Él escuchó todos mis problemas,le conté lo mal que lo estaba pasando. Entonces tras varias horas de charla, él me dijo que también tenía un problema. Su tono de voz cambió completamente, parecía preocupado. Entonces guardo un momento silencio y retomando aire me dijo:
-He estado varios meses con una chica, era estupenda. Pero hace un mes la dejé. Te preguntarás ¿por qué? Bien, unos días antes de romper con ella fui al hospital porque me hicieron unas pruebas y ya tenían mi diagnóstico. Me decían que al principio no era preocupante hasta que dieron con ello. Me han diagnosticado  cáncer. Me han dado máximo un año de vida, por eso la dejé prefería que sufriera ahora a no que sufriera por mi muerte. Además al decírmelo, recapacité sobre mi decisión varios días, comprendí que sería lo mejor para todos dejarla. Ella no sufriría y yo no viviría fingiendo un falso amor.
-¿Un falso amor? - le pregunté.
-Sí, en todo este tiempo que no has estado te añoraba más de lo que pensaba. Y cuando me dijeron lo del tumor, entendí que si quiero pasar mis últimos meses de mi vida son contigo, no con otra persona. He estado enamorado de ti mucho tiempo y hasta ahora no me había dado cuenta. Vuelve...
En medio de un silencio telefónico, eché a llorar. Le prometí que volvería. Solo me tenía que dar dos semanas. Al despedirnos le dije:
-Tranquilo, yo llevo con el mismo sentimiento varios años. Pero estaremos juntos cuando llegué el momento.
Al cabo de una semana como bien le prometí, volví a California. Él me esperaba en el aeropuerto, cuando nos reunimos nos fundimos en un beso con tanto sentimiento que es imposible de explicar. 
Comenzamos una vida de cero. Nos fuimos a vivir juntos, nos casamos... Eramos muy felices, y más ahora que esperaba un hijo suyo. 
En diciembre de 2008 él murió como bien le dijeron los médicos. Fue inesperado aunque todos sabíamos que antes o después iba a pasar. Mi tristeza era tan grande, que tuve que mudarme a casa de mis padres para poder llevar mejor su ausencia. A los pocos meses, la vida me sonrío cuando vi nacer a mi hijo. El hijo de ese hombre del que tanto tiempo estuve enamorada, el hijo que lleva el nombre de su padre. Y esté donde esté su amor perdurará por siempre, porque los amores de verdad nunca mueren.









jueves, 18 de abril de 2013

Verdad...


Algunos dicen que se reconoce el gran amor cuando nos damos cuenta de que el único ser en el mundo que podría consolarnos es justamente el que nos ha hecho daño.

miércoles, 17 de abril de 2013

No hacen falta palabras para el amor.

Era cierto que jamás se había confirmado por medio de palabras que ambos sentíamos algo el uno por el otro, pero también era cierto que no hacían falta palabras para decir lo que se oculta detrás de una mirada.